CARACTERÍSTICAS Y REALIDADES DE LOS QUE VOTAN POR PRIMERA VEZ

Casi un millón y medio de jóvenes debutarán en las próximas presidenciales. Algunas claves de la llamada Generación “Y”. (Nota publicada en Miradas al Sur)

Cuando estalló la convertibilidad y se multiplicaban los piquetes tenían entre ocho y doce años. La mayoría comenzó a transitar la primera adolescencia durante el gobierno de Néstor Kirchner, cuando el eco de las cacerolas seguía resonando. Para ellos, la recuperación de la democracia y el menemismo son parte de una prehistoria tan vaga como el vinilo o el walkman. Vivieron el auge de Internet, se subieron a las redes sociales e hicieron suya la Play Station 3. Muchos llegarán a las internas abiertas, simultáneas y obligatorias del 14 de agosto próximo con 17 años cumplidos, y con 18 años a las presidenciales de octubre. Son un millón 400 mil adolescentes que nunca votaron, los más jóvenes exponentes de la Generación "Y".

Asediados y seducidos. Exigentes con la tecnología; los celulares, los mensajes de texto, los ordenadores y el entretenimiento portátil forman parte de su cotidiano. Difíciles de atrapar, la inmensa mayoría –el 94 por ciento, según una encuesta de Carlos Fara & Asociados– no adhiere ni participa de partido político alguno. Sin embargo, casi seis de cada diez consideran que el país estaría mejor si fueron ellos quienes asumieran la responsabilidad de gobernar. Asediados por la publicad, se saben seducidos y suelen definir el marketing, en especial el político, como sinónimo de engaño.

Un trabajo de la consultora Equis de Artemio López –en base a la Encuesta Permanente de Hogares 2010 y el último Censo Nacional de Población y Vivienda– señala que el 27,7 por ciento proviene de hogares de clase media, el 29.1 por ciento de familias pobres y el 37,2 por ciento de sectores medios que pelean por no caer en la pobreza. Apenas el 7,7 por ciento pertenece a sectores medios altos y altos. Todos, sin embargo, están lejos del ostracismo, aunque en forma abrumadora esquiven los partidos políticos y las noticias que ocupan las tapas de los diarios y los portales de la web.

El desafío. El trabajo subraya que sólo el 62 por ciento de los debutantes se mantiene en el circuito educativo. El resto está “desenganchado”, situación que alcanza a casi uno de cada dos entre los pobres. “El perfil de los que se incorporarán muestra un marcado déficit en un conjunto de variables sociales, sanitarias, educativas y ocupacionales”, apunta el blog de López.En pocas palabras, se trata de “un perfil muy deteriorado y complejo donde se destacan la situación de pobreza por ingresos, carencias laborales por desocupación o informalidad laboral, muy bajos salarios y falta de cobertura sanitaria que complemente los servicios públicos”, agrega el consultor.Si las aulas no constituyen un ámbito de contención y arraigo para los nuevos votantes, tampoco lo es el mundo del trabajo. La desocupación afecta al 22 por ciento, el 75 por ciento de los que trabajan lo hacen en negro por un salario promedio de 1.000 pesos, que ronda los 1.400 pesos en el caso de los formales. Sin duda, un verdadero desafío.

Cómodos con la inmediatez, y más pragmáticos que teóricos, sus agendas reflejan los discursos que capturan en los medios alternativos, mientras imaginan con una alta dosis de desconfianza la urna, ese raro objeto que desvela a sus mayores y que sintetiza, más no sea a nivel simbólico, la maquinaria electoral que ya está en marcha en busca de sus votos.